Hoy hemos vuelto a pasear junto al Guadalquivir, a su paso por el salto de Casillas y junto a las instalaciones del Centro de Control Animal.
Es horroroso ver cómo está la zona de barro acumulado que ha reducido el cauce del río a menos de la mitad de lo que era en esta zona.
En las fotografías podéis ver cómo el lodo endurecido ha tapado por completo el paseo que existía, cómo ha enterrado árboles de gran tamaño y cómo el agua ha de dicurrir por el escaso sitio que le ha quedado.
No sólo se ha de limpiar el río a su paso por el casco histórico sino que hay que rehacer el cauce para facilitar que éste vuelva a correr por donde naturalmente siempre lo ha hecho. La vista al río desde el nuevo tramo de carretera recientemente inaugurado es espantoso. Tiene uno la sensación de estar en un lugar desértico dejado de la mano de Dios y del hombre. Desde las zonas próximas al nuevo puente podemos observar cómo los miradores muestran un panorama desolador.
Nos informa el señor Luis Rey públicamente a través de los diarios que tienen un presupuesto de unos tres millones de euros para reparar infraestructuras y limpiar arroyos y el río. Pero nosotros dudamos que ese dinero sea bien invertido y que zonas como la de la fotografía se recuperen totalmente como es la obligación de la administración. Y por supuesto que en estos casos la culpa y la responsabilidad es exclusiva de la Agencia Andaluza del Agua, de la Concejalía de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Córdoba.
PIDAMOS QUE TODO ESTO NO QUEDE EN UNA SIMPLE DECLARACION DE INTENCIONES Y EXIJAMOS QUE LAS AGUAS VUELVAN A SU CAUCE (Y NUNCA MEJOR DICHO).
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