La verdadera solución a las parcelaciones pasaría por una regulación urbanística efectiva y eficiente. Llevamos años sufriendo la dilación de los procesos de legalización de numerosas parcelaciones por distintos motivos.
En mi más humilde opinión, el mal estado de esta realidad es una LOUA que adolece de varios defectos y necesita una reparación urgente. No se ha frenado tajantemente la construcción pues muchos hicieron caso omiso a la coacción, los procesos de regularización iniciados hace una década están paralizados en su mayoría y, además, la falta de claridad e información han generado desconfianza entre los distintos propietarios que ha paralizado numerosos planes parciales.
Se hace necesario un cambio real, calculado y garantizado, de la ley de ordenamiento urbanístico de la Junta de Andalucía, el cual en ningún caso se debería realizar a espaldas de los legítimos propietarios de las parcelas. Éstos mejor que nadie saben dónde les aprieta el zapato en estos momentos y pueden aportar alternativas a ciertas cuestiones de esta ley que merecen la pena ser escuchadas. A fin de cuentas, son los implicados directamente afectados por estas circunstacias y su voz y voto deben contar.
Se me olvida comentar que en muchas parcelaciones se están pagando impuestos como el IBI o el de transmisión patrimonial al escriturar entre otros. También se costean como hace cualquier otro ciudadano de nuestra ciudad residente en otro tipo de barrio servicios que se abonan mediante tasas de distinta naturaleza o se pagan los servicios básicos recibidos con facturas idénticas a las enviadas a otras zonas de Córdoba y con los mismos conceptos. Queda ya fuera de lugar desde hace muchos años ese prejuicio establecido del parcelista delincuente que merece que le tiren su casa pues no es tan distinta la carga que éstos soportan a todos los niveles que la que se da en otros barrios de la ciudad. Sí es verdad que lo que sí queda es una atención precaria en varios sentidos que vienen disfrutando los residentes en otras zonas de la ciudad (colegios, transporte, centros de salud, centros comerciales, limpieza, carreteras, etc.). Sabemos que los impuestos no dan una correspondencia directa en servicios a los contribuyentes como sí lo hacen las tasas pero ha de quedar de manifiesto que se están pagando para ir aclarando ciertas opiniones y sentencias equívocas.
Actualmente, a nivel municipal, se han abierto con la intención de agilizar trámites todas las vías posibles para desbloquear procesos de legalización. La realidad de la opción entre sistema de cooperación o de compensación ofrecida está generando incertidumbre, aunque son asuntos de los que el mismo propietario ha de ser asesorado e informado por el equipo redactor que contrata en cuanto a los pros y los contras de cada opción y en cada caso.
Señores, el camino está abierto pero ahora le toca a los propietarios centrar su interés y ser coherentes consigo mismos. No podemos abrir debates inanes que no nos llevan a ningún sitio y no podemos intentar hacer prevalecer nuestra palabra o decisión sobre la de los demás sólo por ser presidentes de una asociación o parcelación.
Cada propietario es soberano en su terreno y en su economía. El camino tiene entrada y en nuestras manos está que tenga salida. Precisamente los principales escollos a salvar que nos vamos encontrando no vienen del ámbito municipal sino del autonómico con esa LOUA de difícil aplicación. Negociemos de cara a las próximas elecciones las vías que los candidatos pueden abrir para corregir los defectos legales y sumémonos al carro. Está bien la unión pero no así la imposición.
Cuando uno se erige en portavoz de una mayoría, si no se es humilde y no se posiciona uno donde realmente ha de estar, se corre el riesgo de creer que se tiene la posesión de la única verdad. En este momento, se puede cometer la imprudencia de fijar el dardo en la diana equivocada. Hay momentos en los que hay que ser imperativo pero hay otros muchos en los que se requiere tener una buena mano izquierda para dar buenos capotazos y llegar a un punto medio en el diálogo. La prepotencia y el creer que se tiene la verdad absoluta no conducen sino al fracaso.
Yo soy dueña de mi vida. Conozco de primera mano cuáles son mis necesidades y cuáles son mis posibilidades. Cuando se me plantea un problema, por lo general trato de razonarlo y buscarle las soluciones posibles. Escucho las alternativas de voz de otras personas. Pero cuando estoy en una encrucijada, no quiero que nadie hable en mi nombre pues si me he de equivocar lo he de hacer yo misma y yo he de ser responsable de lo que digo. De lo que no quiero ser responsable es de lo que digan otros en mi nombre y yo no pueda controlar. Cada cual ha de aguantar su vela y ser consecuente con sus actos. De esta forma creo que cada propietario es soberano en su decisión y no hay presidente, representante o juntero que lo pueda ningunear.
Cierto es que debe haber un orden y que hay personas que tienen más posibilidades de manejar según qué cuestiones. Pero también es cierto que nunca se han de apartar de la realidad, no levantar los pies del suelo y siempre considerarse en el camino sólo uno más.
No quiero hacer alarde de estar en la posesión de la verdad sino que sólo pretendo transmitir cómo creo que se deben manejar los asuntos de la mayoría por parte de sus representantes. Trataré de guiarme de esta manera en mi recorrido y sólo espero no equivocarme. Firme pero prudente, luchadora y leal, cabal y exigente, persona antes que lider. Sólo pido que ante mis errores quepa disculpa.
Actualmente, a nivel municipal, se han abierto con la intención de agilizar trámites todas las vías posibles para desbloquear procesos de legalización. La realidad de la opción entre sistema de cooperación o de compensación ofrecida está generando incertidumbre, aunque son asuntos de los que el mismo propietario ha de ser asesorado e informado por el equipo redactor que contrata en cuanto a los pros y los contras de cada opción y en cada caso.
Señores, el camino está abierto pero ahora le toca a los propietarios centrar su interés y ser coherentes consigo mismos. No podemos abrir debates inanes que no nos llevan a ningún sitio y no podemos intentar hacer prevalecer nuestra palabra o decisión sobre la de los demás sólo por ser presidentes de una asociación o parcelación.
Cada propietario es soberano en su terreno y en su economía. El camino tiene entrada y en nuestras manos está que tenga salida. Precisamente los principales escollos a salvar que nos vamos encontrando no vienen del ámbito municipal sino del autonómico con esa LOUA de difícil aplicación. Negociemos de cara a las próximas elecciones las vías que los candidatos pueden abrir para corregir los defectos legales y sumémonos al carro. Está bien la unión pero no así la imposición.
Cuando uno se erige en portavoz de una mayoría, si no se es humilde y no se posiciona uno donde realmente ha de estar, se corre el riesgo de creer que se tiene la posesión de la única verdad. En este momento, se puede cometer la imprudencia de fijar el dardo en la diana equivocada. Hay momentos en los que hay que ser imperativo pero hay otros muchos en los que se requiere tener una buena mano izquierda para dar buenos capotazos y llegar a un punto medio en el diálogo. La prepotencia y el creer que se tiene la verdad absoluta no conducen sino al fracaso.
Yo soy dueña de mi vida. Conozco de primera mano cuáles son mis necesidades y cuáles son mis posibilidades. Cuando se me plantea un problema, por lo general trato de razonarlo y buscarle las soluciones posibles. Escucho las alternativas de voz de otras personas. Pero cuando estoy en una encrucijada, no quiero que nadie hable en mi nombre pues si me he de equivocar lo he de hacer yo misma y yo he de ser responsable de lo que digo. De lo que no quiero ser responsable es de lo que digan otros en mi nombre y yo no pueda controlar. Cada cual ha de aguantar su vela y ser consecuente con sus actos. De esta forma creo que cada propietario es soberano en su decisión y no hay presidente, representante o juntero que lo pueda ningunear.
Cierto es que debe haber un orden y que hay personas que tienen más posibilidades de manejar según qué cuestiones. Pero también es cierto que nunca se han de apartar de la realidad, no levantar los pies del suelo y siempre considerarse en el camino sólo uno más.
No quiero hacer alarde de estar en la posesión de la verdad sino que sólo pretendo transmitir cómo creo que se deben manejar los asuntos de la mayoría por parte de sus representantes. Trataré de guiarme de esta manera en mi recorrido y sólo espero no equivocarme. Firme pero prudente, luchadora y leal, cabal y exigente, persona antes que lider. Sólo pido que ante mis errores quepa disculpa.
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